A ver si alguien nos lo puede explicar, porque no conseguimos comprenderlo. Un empleado contratado por la administración pública para guardar de los bosques, prende fuego en un arrebato. Las autoridades no quieren reconocer que han perdido el control del fuego para subir de nivel de emergencia hasta que ya se les haya quemado las pestañas. El viento se levanta y esparrama más el fuego, y solo uno de los helicópteros estaba en condiciones de seguir echando agua para enfriar las zonas para que los bomberos pudiesen apartar la maleza y apagar los fuegos, en zonas donde no se había limpiado en lustros merced de órdenes que esa administración dictó sin querer escuchar la protestas ni las voces que aconsejaban en contra.
Las llamas, no adecuadamente vigiladas en algunas zonas, como Mogán, alcanzan zonas habitadas y agrícolas, llevándose por delante animales, árboles y demás flora productiva, bienes materiales, viviendas, dejando en la calle a numerosas familias y sin su sustento a otras muchas, perjudicando a otro tanto por los destrozos que el fuego y los daños colaterales han provocado en sus fincas. Mientras, como nadie les llamó, los helicópteros del ejército (aptos para esa labor) estaban en el suelo esperando órdenes. Los equipos de rescate debían esperar decisiones de otros para apagar fuegos y muchos ciudadanos veían angustiados como los efectivos dejaban arrasar inmuebles y avanzar focos mientras, quietos, tenían que esperar a que alguien les diera el aviso de proseguir. Hasta ahí entendemos los hechos.
Lo que no logramos asimilar en nuestras cabecitas es: ¿Por qué se está exigiendo ahora a los perjudicados, a las inocentes víctimas de este desaguisado, que ellos sean los que deben sacrificarse más, rellenando tropecientos formularios, pagando notarios, contabilizando árboles y sus respectivas edades, demostrando con pruebas lo que han perdido, realizando llamadas telefónicas a distintos departamentos, rogando que se tenga en cuenta de que no disponen de medios para alquilar viviendas temporales donde alojarse mientras sus domicilios habituales sean reconstruidos o arreglados, y ahora para colmo se les dice que si no estaban asegurados contra algo que ya arrasó, no van a ser compensados?
Señores de Ayuntamientos, del Cabildo, del Gobierno Autónomo y del Gobierno central, aquí estamos hablando de personas sencillas, del campo, algunos sin estudios mínimos, que están siendo tratados como si ellos hubiesen cometido un delito, en lugar de tratarles como lo que son, víctimas de la irresponsabilidad colectiva de las autoridades públicas. Deben correr de una ventanilla a otra, revisar planos que no entienden, a la vez que están intentado salvar lo que queda, reanimado plantas seriamente dañadas, buscando donde vivir hasta poder volver a lo suyo y además tener que animarse entre ellos para tener fuerzas para seguir adelante.
Percibimos frustración, angustia, desesperación, confusión en estas personas, que un día estaban tan tranquilas dedicadas a sus vidas, a sus labores, a cuidar de sus cultivos y hogares y en pocas horas, un acto, realizado por un empleado de esos mismos organismos oficiales, les arrebató lo que tantos años de esfuerzo les había costado. En lugar de ayudarles a recuperar sus vidas, se les está acribillando a papeleo excesivo, exigiéndoles datos que la mayoría desconocen y muchos ayuntamientos también. Se les habla en lenguaje técnico sin considerar que no comprenden esos términos ni trámites. Les hacen sentirse impotentes, irrelevantes, desamparados. Deben dedicar horas a deambular por departamentos, volviendo a su lugar de alojamiento con las manos vacías.
Si ustedes lo que pretenden es aburrirlos, mala política practican, y si no son capaces de ponerse en su lugar y ayudarles de verdad, no tenían que haberse presentado a elecciones para representarlos. Si ustedes no son aptos para gestionar el desastre que ustedes mismos provocaron, no deben estar ocupando esas poltronas. Estas personas son víctimas, merecen respeto y apoyo para sobrevivir lo ocurrido y recuperar lo perdido y ustedes, del gobierno que sea, son los responsables de lográrselo. Lo demás es burrocracia, y un lamentable intento de echar balones fuera. Y los demás tampoco vamos a consentírselo. Los que esos trágicos días estuvimos a salvo y no perdimos nada, estamos al lado de los perjudicados, y si no vemos justicia para con ellos, no nos quedará otro remedio que interpretar que los gobiernos han perdido su sentido de ser, su norte y su ética. Ustedes están para defender los intereses de los ciudadanos, no para pisotearlos. Les votamos a Ustedes y les pagamos para que nos respeten y nos defiendan, no para que se burlen de nuestra inteligencia y nos vapuleen.
Habiliten más transparencia y menos trámites, más personal para ayudarles e ir hasta ellos, no obligarles a bajar a ustedes. Sean humanitarios y solidarios, considerados con su pérdida y consecuentes con sus propios cargos.
Asociación de Vecinos "Las Lomas de Arguineguín"
La Junta Directiva
Las llamas, no adecuadamente vigiladas en algunas zonas, como Mogán, alcanzan zonas habitadas y agrícolas, llevándose por delante animales, árboles y demás flora productiva, bienes materiales, viviendas, dejando en la calle a numerosas familias y sin su sustento a otras muchas, perjudicando a otro tanto por los destrozos que el fuego y los daños colaterales han provocado en sus fincas. Mientras, como nadie les llamó, los helicópteros del ejército (aptos para esa labor) estaban en el suelo esperando órdenes. Los equipos de rescate debían esperar decisiones de otros para apagar fuegos y muchos ciudadanos veían angustiados como los efectivos dejaban arrasar inmuebles y avanzar focos mientras, quietos, tenían que esperar a que alguien les diera el aviso de proseguir. Hasta ahí entendemos los hechos.
Lo que no logramos asimilar en nuestras cabecitas es: ¿Por qué se está exigiendo ahora a los perjudicados, a las inocentes víctimas de este desaguisado, que ellos sean los que deben sacrificarse más, rellenando tropecientos formularios, pagando notarios, contabilizando árboles y sus respectivas edades, demostrando con pruebas lo que han perdido, realizando llamadas telefónicas a distintos departamentos, rogando que se tenga en cuenta de que no disponen de medios para alquilar viviendas temporales donde alojarse mientras sus domicilios habituales sean reconstruidos o arreglados, y ahora para colmo se les dice que si no estaban asegurados contra algo que ya arrasó, no van a ser compensados?
Señores de Ayuntamientos, del Cabildo, del Gobierno Autónomo y del Gobierno central, aquí estamos hablando de personas sencillas, del campo, algunos sin estudios mínimos, que están siendo tratados como si ellos hubiesen cometido un delito, en lugar de tratarles como lo que son, víctimas de la irresponsabilidad colectiva de las autoridades públicas. Deben correr de una ventanilla a otra, revisar planos que no entienden, a la vez que están intentado salvar lo que queda, reanimado plantas seriamente dañadas, buscando donde vivir hasta poder volver a lo suyo y además tener que animarse entre ellos para tener fuerzas para seguir adelante.
Percibimos frustración, angustia, desesperación, confusión en estas personas, que un día estaban tan tranquilas dedicadas a sus vidas, a sus labores, a cuidar de sus cultivos y hogares y en pocas horas, un acto, realizado por un empleado de esos mismos organismos oficiales, les arrebató lo que tantos años de esfuerzo les había costado. En lugar de ayudarles a recuperar sus vidas, se les está acribillando a papeleo excesivo, exigiéndoles datos que la mayoría desconocen y muchos ayuntamientos también. Se les habla en lenguaje técnico sin considerar que no comprenden esos términos ni trámites. Les hacen sentirse impotentes, irrelevantes, desamparados. Deben dedicar horas a deambular por departamentos, volviendo a su lugar de alojamiento con las manos vacías.
Si ustedes lo que pretenden es aburrirlos, mala política practican, y si no son capaces de ponerse en su lugar y ayudarles de verdad, no tenían que haberse presentado a elecciones para representarlos. Si ustedes no son aptos para gestionar el desastre que ustedes mismos provocaron, no deben estar ocupando esas poltronas. Estas personas son víctimas, merecen respeto y apoyo para sobrevivir lo ocurrido y recuperar lo perdido y ustedes, del gobierno que sea, son los responsables de lográrselo. Lo demás es burrocracia, y un lamentable intento de echar balones fuera. Y los demás tampoco vamos a consentírselo. Los que esos trágicos días estuvimos a salvo y no perdimos nada, estamos al lado de los perjudicados, y si no vemos justicia para con ellos, no nos quedará otro remedio que interpretar que los gobiernos han perdido su sentido de ser, su norte y su ética. Ustedes están para defender los intereses de los ciudadanos, no para pisotearlos. Les votamos a Ustedes y les pagamos para que nos respeten y nos defiendan, no para que se burlen de nuestra inteligencia y nos vapuleen.
Habiliten más transparencia y menos trámites, más personal para ayudarles e ir hasta ellos, no obligarles a bajar a ustedes. Sean humanitarios y solidarios, considerados con su pérdida y consecuentes con sus propios cargos.
Asociación de Vecinos "Las Lomas de Arguineguín"
La Junta Directiva
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