Empecé a tomar drogas a los 11 años, y seguí consumiéndolas hasta los 32. Durante esos 22 años, viví inmerso en un mundo de evasión y de justificación , donde lo único que importaba era seguir colocado, sin importarme las consecuencias de mis actos, o lo que tuviera que hacer para conseguir esa nueva dosis que me permitiera seguir colocado, y así poder evadirme de la realidad.
Hace tres años tomé la decisión de dejar las drogas y enfrentarme a mis miedos, y me propuse aprender a vivir para poder sentirme a gusto conmigo mismo, o lo que es lo mismo, “poder mirarme en el espejo a los ojos y no sentir asco de mi mismo”. Durante estos tres años he tenido la oportunidad de empezar a ver el mundo y a la sociedad desde otro punto de vista, “sin estar colocado”. Me considero afortunado por poder experimentar los sentimientos y pensamientos que me invaden hoy en día, y quisiera compartirlos con ustedes.
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