Es una sensación rara, un conflicto emocional descomunal.
El orgullo tan grande que siento es por estos cientos de personas de distintos municipios de nuestra isla, que el pasado día 28 de septiembre dejaron a un lado sus quehaceres para reunirse en Las Palmas y decir claramente y con una sola voz “Mas Nunca”, y por los que prepararon pancartas desde lo más sencillo hasta lo más artístico, y por los que prestaron los “recuerdos” de su terrible experiencia para la excepcional escultura viviente que se preparó en la puerta de Presidencia del Gobierno Canario, y por los que trajeron a sus hijos para que vieran (por una vez) como debería funcionar una democracia en sus niveles más básicos, y por los que redactaron desde sus corazones consignas y poemas, que cantaron, que caminaron kilómetros después de recorrer más aún en guagua. Me siento emocionada y feliz al comprobar el cariño y apoyo que se brindan unos a otros, y por el que los ciudadanos de Las Palmas mostraron al paso de la manifestación, y por el que vecinos de otros municipios demuestran hacia los afectados directos.
Esas personas, víctimas de graves errores buRRocráticos que desembocaron en el incendio descontrolado de finales de julio, no se resignan a ser marionetas, ni aceptan ser vapuleadas por una administración descorazonada. Estos vecinos, residentes, labradores, agricultores y personas sencillas que perdieron tanto el día 30 de julio en ese feroz incendio que nunca debió ocurrir, más las personas de todas partes, que altruista y solidariamente les acompañaron el pasado viernes para indicar su apoyo y compasión, todos, en una sola voz, reclamaban respeto, atención, sensibilidad, pero lo que recibieron, lo que recibimos de nuestros gobernantes, fue NADA.
Una manifestación convocada legalmente en tiempo y forma, con aviso a las autoridades, semanas antes, y todas esas personas, canarios, contribuyentes, votantes, trabajadores que hace cuatro meses éramos objeto de los cariños de los candidatos, el pasado viernes no fuimos recibidos ni en el Cabildo, ni en Presidencia. Nadie había de las autoridades que fueron elegidas por nosotros ni cuyos sueldos pagamos, ni una lucecita en un despacho perdido. Era viernes por la tarde, y los mandatarios estaban todos disfrutando de su vida personal, algo que les fue arrebatada hace dos meses a las víctimas del incendio. Ni siquiera los presidentes y consejeros facultaron a otro a saludarnos, para recibir de las manos de los damnificados el manifiesto que habían elaborado. Seguro que si hubiera sido un cóctel en un hotel o la casa de un promotor, habrían estado, fijo.
Como vecina, ciudadana, pagadora de impuestos excesivos por los servicios deficientes que recibo, como observadora de la vida lujosa que los políticos se adjudican con nuestros impuestos mientras no son capaces de mantener en funcionamiento los sistemas de extinción forestal, al personal equipado y preparado, calles bien mantenidas, agua de abasto potable de verdad, litorales sin contaminación, colegios adecuados para que nuestros hijos estudien cómodamente, y un largo etcétera que adolecemos en nuestra tierra canaria, protesto, enérgicamente, por la falta de seriedad en los políticos de todos los partidos involucrados en el Cabildo y el Gobierno Canario, y por el desprecio que nos han mostrado a las más de mil personas que vinimos en visita anunciada a verles sus caras y a que nos respondieran directamente, por no aparecer ni mostrar un poco de sensibilidad. Aún no están frías las urnas con las que corrían detrás de nosotros en mayo, y ahora salen huyendo a la primera de cambio. Vergüenza les debería de dar, no son dignos del cargo que este pueblo les ha confiado. No son capaces de reconocer errores y buscar soluciones, al contrario, manipulan los hechos para intentar quedar bien, pero, no engañan a nadie.
La política cada día se desprestigia más a si misma, por culpa de personas que no saben cómo comportarse – acudan a aprender saber estar y fundamento señores, que esta situación cansa y perjudica a todos. Dejen de aprovecharse de que el pueblo no tiene más remedio que abonar los impuestos y apliquen un poco de dignidad a su trabajo. Aprendan qué es la democracia antes de aprovecharse de sus prebendas.
Jenni Hymoff Koeppel
Mogán
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