domingo, 20 de enero de 2008

El camino correcto

Llevaba tiempo rumiando acerca de esto pero no me salían las palabras. Al leer una noticia en el periódico cuajó todo y deseo compartir con ustedes mis "rumiaciones".

Desde hace tres meses que dos personas acampan frente a Presidencia en Las Palmas de GC, reivindicando un trato digno como afectados del incendio provocado este verano por un empleado público. No les atienden y los políticos están cada vez más a la defensiva con respecto a ellos y su caso. Se ha acusado a esta mujer con agallas, Paloma de Montemayor, de "okupa" sin fundamento alguno y a saber qué estarán comentando de este canarión valiente que es Álvaro González. O sea, que personas cómodas a costa del erario público se dedican a desprestigiar a quienes defienden unos derechos que no deberían tener que defender, pues saltan a la vista. Empleados públicos les indican que así no deben luchar, que existen otra maneras. O les invitan a dirigirse a otro lado - pasan la pelota.
Ayer otra pareja salía declarando que dormirá frente al Ayuntamiento de Santa Lucía (precisamente uno de los más sensibles donde los haya), reivindicado una vivienda. Respuesta pública del consistorio: "que así no han elegido el camino correcto".

Quiero, desde aquí rogar a quien compete que nos indiquen a los ciudadanos ¡cual es el camino correcto para luchar contra injusticias! Que nos den un manual de instrucciones para saber de qué manera podemos defendernos frente a aquellas personas que juraron sobre la Constitución defender nuestros intereses pero ahora que han sido elegidas, viran la cara y miran para otro lado. Que nos revelen qué hacer cuando has presentado montañas de papeles y esperado meses y hasta años por una respuesta y sigues en la misma situación, desesperado. Es muy fácil decir a una persona "vuelva en un mes" o "espere nuestra respuesta" cuando duermes calentito en tu propia cama. Me gustaría saber cual es el criterio utilizado para atender a unos frente a otros, cuando supuestamente en esta democracia participativa todos somos iguales. Me encantaría lograr comprender cómo justifican favoritismos e injusticias, desidia y pasividad quienes precisamente deberían trabajar para que no existan. Y ¿con qué autoridad moral determinan cual es el camino más correcto para un ser desesperado por una situación que padece las 24 horas del día en sus carnes? Y por último, quiero que me diga alguien por qué debo quedarme callada sentada frente a mi tele, cuando cerca de mi hay personas sufriendo, que no encuentran otra salida a su situación que luchar públicamente por el respeto que deberían recibir de forma automática.

El día que me ocurra a mi una desgracia, será tarde para luchar por mis derechos: me despacharán a mi de la misma manera que están tratando a los indefensos que, desesperados se instalan a dormir a la intemperie o se encadenan o cualquier otra medida para llamar la atención que les ha sido denegada. ¿Donde queda la sensibilidad y la humanidad? ¿En qué montón de expedientes está?

Jenni Hymoff Koeppel

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